Para entender
esto, hay que partir recordando qué son tanto disfunción oral como parafunción*. Ambos términos hacen referencia
a " actividades, en este caso orales, que se apartan del normal
funcionamiento". Es decir, en el caso de una disfunción motora oral, un
ejemplo puede ser aquella persona con interposición lingual en deglución,
fonoarticulación y reposo ya que su lengua NO FUNCIONA ni en el sitio, ni de la
forma que debe ser, alterando al resto de los componentes del sistema (Dientes,
estética facial, postura corporal, etc.) . En el caso de una parafunción y para
ser más específico, ésta se considera como
"aquella relación lesiva o no en dependencia de la tolerancia del
individuo, que se caracteriza por una serie de movimientos paralelos a la
función normal SIN UN OBJETIVO FUNCIONAL, por lo que se hallan alterados y
pervertidos y CONSTITUYEN UNA FUENTE PRODUCTORA DE FUERZAS TRAUMÁTICAS
caracterizadas por una dirección anormal, intensidad excesiva y por ser
frecuentes y duraderas. Ejemplos de parafunción son la succión de dedo y
objetos, el apretamiento y rechinamiento, etc.
Pero, ¿Que pasa
específicamente con estas alteraciones, que logran dañar mi articulación?
Estas, son responsables de trabajo muscular excesivo o "hipertonia"
con atrición y daño dentario y
alteraciones oclusales, entre otros daños, lo que nos lleva en gran parte a la
perdida de la estabilidad de la articulación, hipermovilidad y dolor, entre
otras manifestaciones. Para que se entienda mejor, tomaremos el mismo caso
detallado anteriormente.
Paciente con
interposición lingual en deglución (al tragar la saliva, foto). La lengua, protruye o
se "va hacia los dientes, hacia delante" cada vez que traga saliva
(aproximadamente unas mil veces por día). Esta lengua, en cada "choque con
los dientes" los desvía, pudiendo dañar las encías y a su vez "abrir
la mordida", es decir, impide que los dientes anteriores (incisivos,
superiores e inferiores) entren en contacto, dejando una "ventana"
entre sí. Esto impide la existencia de una guía anterior correcta con
desoclusión posterior inmediata (lo que hace perder en parte la estabilidad de
la articulación), Si a esto sumamos la fuerza horizontal que realiza la lengua
contra las piezas dentarias, tenemos una situación en que la articulación, se
encontrará en inestabilidad, sometida a microtraumatismos constantes, y a
merced de todas las actividades que realizamos diariamente a nivel oral,
manifestándose en dolor local e irradiado, alteraciones del disco articular,
una nueva "hipertonicidad muscular" para poder mantener el sistema
estable, alteraciones en la calidad de
vida diaria como problemas para alimentarse, hablar, etc. Este ejemplo sólo
hace mención a una disfunción oral como la interposición lingual, pero
recordemos que existen otras problemáticas como la deglución atípica, la
respiración bucal, la succión de labio o dedo, etc. Que también generan una
cascada de eventos que altera la salud oral, la estética, el funcionamiento e
incluso los resultados de los tratamientos odontológicos en aquellos pacientes
que están en uno.
Ante esta situación la Kinesiología Motora Oral es una alternativa concreta y efectiva de tratamiento, eliminado al ente generador de la cascada de eventos aberrantes mencionados; la interposición lingual, cambiando esta condición por una correcta y funcional forma de ejecutar los actos orales de forma definitiva y a través de un cambio en el control motor oral de la persona.
* Tema del que se habla en otro apartado de este mismo blog.