Muchos de nosotros conocemos a alguien que ronca, o saliva cuando habla ( y de paso nos salpica la cara) demora mucho tiempo en comer, o camina o se sienta siempre "encorvado", saliva excesivamente al dormir o la suma de todas estas opciones juntas. En ocasiones estos comportamientos desagradan a quienes rodean a los afectados como también incomodan a los mismos, mermando en parte su vida social, laboral y personal, sobre todo cuando se les tilda de personas con "malas costumbres". En honor a la verdad, esto no es así. Causas de estas "malas costumbres" hay muchas; obstrucción anatómica de la vía aérea o inflamación crónica de la misma, estrés, obesidad, alcoholismo, etc. pero muchas veces buscamos la respuesta a estos problemas fuera de donde debiésemos observar: La boca. Así es, la boca como parte del sistema estomatognático esta compuesta por varias estructuras que funcionan coordinadamente entre si; dientes, labios y músculos, entre ellos las mejillas y nuestra estrella: La Lengua. Y, ¿Por qué la destacamos? Porque una falla en su funcionamiento sumado a alteraciones en el trabajo coordinado de todas las estructuras que mencionamos, puede llevar a presentar los tan molestos ronquidos, salivación e incluso alteraciones dentarias y de postura.
¿Como? Simple. Si durante la primera infancia, no se tuvo estímulos orales suficientes y adecuados (lactancia materna ausente, excesivo uso de chupete, chuparse el dedo, onicofagia, frenillo lingual corto, etc.) no se permitió a la lengua reconocer su postura correcta dentro de la boca y desarrollarse funcionalmente en conjunto con el resto de sus "Acompañantes", lo que generó y perpetuó un patrón disfuncional de comportamiento.
En el caso de los ronquidos, nuestra lengua estará descendida dentro de la boca, con bajo tono muscular y permitiendo que entre ahora aire por la boca y se genere el ronquido. Esta falla de control lingual y de coordinación de movimientos, incide también en la falta de manejo de la salivación y además en las compensaciones posturales que debe hacer la persona afectada para poder beber líquidos o comer (adelantar la cabeza, o curvarse al comer para poder retener los líquidos o alimentos dentro de la boca)
Por lo tanto, queda en evidencia que no sólo influencias culturales, o "malas costumbres" nos llevan a tener los problemas mencionados (o incluso otros problemas que iremos desarrollando) sino que en ocasiones nuestra propia historia y como esta influyó en nuestro desarrollo y madurez oral, es la principal causa de ellos.
Te invito a informarte de los beneficios de la Kinesiología oral, y cómo ésta pueda solucionar estos problemas y muchos mas.
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